Jugar a disfrazarse es algo muy necesario en la vida del pequeño, ya que contribuye a su desarrollo; el niño se viste de un personaje y se imagina una historia con ese disfraz, está dando rienda suelta a fantasía, a su espontaneidad y a su creatividad. “En esta etapa, hasta los seis años, en el mundo del niño reina la imaginación: se inventa compañeros de juego invisibles y disfruta creando personajes y situaciones. Se trata de una edad mágica, en la que el mundo real y el mundo imaginario todavía no están claramente diferenciados”, nos explica Elena Gállegos, psicóloga infantil.
La fantasía es natural y saludable para el equilibrio emocional del pequeño. Eso sí, “siempre que no se pase todo el tiempo en ese universo fantasioso y que no lo viva de manera tan intensa que pierda por completo el sentido de la realidad”, advierte la especialista.
Además de divertido, disfrazarse es un método estupendo para que los niños expresen sus sentimientos. Por eso es uno de los recursos que más utilizan los terapeutas infantiles para ayudar a los pequeños a vencer los problemas de relación (como la timidez) y los miedos (a los perros, a los fantasmas...).
Tambiénes la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea (de http://www.crecerfeliz.es/Ninos/Desarrollo-y-aprendizaje/Los-beneficios-de-los-disfraces-en-los-ninos)
Otro juego de éxito es el del rincón del ordenador.
Oportunidades de juegos que nos ayudan a aprender a vivir la vida de los adultos pero en edades tempranas.
Unos disfraces geniales seguro que van a disfrutar de lo lindo. :))
ResponderEliminarYo apuesto por ellos, jijijiji.
EliminarUn abrazo, Eva.