sábado, 5 de noviembre de 2016

Actividades dentro de la jornada escolar

En este post voy a presentaros dos situaciones muy comunes en el aula: la relajación y la visualización de video-cuentos.

1) La relajación forma parte, cada día, de la  jornada escolar.

La capacidad para alcanzar la relajación es sin duda algo positivo a cualquier edad, tanto para los adultos como para los más pequeños. La relajación  ayuda a reducir la tensión muscular, disminuir la frecuencia cerebral así como la presión sanguínea, de ahí su importancia. 

Con los niños, la relajación tiene mayor importancia, si cabe. Un juego de relajación puede perfectamente ir encaminado a fomentar su imaginación, concentración, masajes, etc. Podemos realizar diferentes tipos de relajación para conseguir que los niños y niñas alcancen un estado óptimo que permita el equilibrio entre el movimiento y el reposo. 

Ahora bien, para que los pequeños puedan relajarse, antes deben satisfacer sus necesidades de movimiento mediante juegos y actividades físicas acordes con su edad; de esta manera también podrán  canalizar toda su rabia y/o agresividad concentrada.

En nuestra aula, algunos  peques se saben relajar muy bien, hasta el punto de llegar a la relajación total, esto es, al sueño.

Mirad el panorama:

Los únicos que quedaron en las mesas fueron dos de ellos. El resto siguieron con la siguiente actividad propuesta.

2) La siguiente actividad es le video-cuento. Los viernes tenemos dentro de nuestra jornada, concretamente la última sesión, un tiempo para poder disfrutar de cortos que nos gustan. Yo suelo ponerles alguno que he elegido previamente y los siguientes los eligen ellos.
Es un momento muy deseado aunque este viernes lo sustituimos por juegos de rincón, dado que llevé al aula nuevos juguetes y estaban "locos" por estrenarlos.
Es curioso que mantengan toda la atención siendo tan pequeños como son. La imágen lo dice todo.


Es evidente que este tipo de actividad les gusta. Pero está claro que existen criterios para que no se convierta en un caos. El truco es ponerles pelis adecuadas a la edad, teniendo en cuenta el argumento que les interesa a estas edades y el tiempo de duración recomendado para que la atención no se disperse y terminen por convertir la asamblea en una tertulia improvisada.

Poco a poco vamos haciendo pequeñas conquistas que se van viendo reflejadas en nuestra jornada diaria. 






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